¿Qué es la carpintería metálica?

En una reforma, la fase de carpintería metálica engloba todos aquellos trabajos relacionados con la manipulación e instalación de los productos fabricados con metal. Principalmente la instalación de puertas y ventanas pero también de persianas, barandillas, mamparas, estructuras divisorias, rejas, etc.
 
Cuando hablamos de carpintería metálica generalmente nos referimos a la carpintería de aluminio ya que es el material más utilizado pero también se suele trabajar con productos fabricados con otros metales como el acero inoxidable, cobre, hierro, etc.







Ventajas de la carpintería metálica

 Más durables y fáciles de mantener: gracias a la resistencia del material y a sus acabados estas estructuras no suelen estropearse con facilidad frente a los golpes y a las adversidades climáticas. Además no acumulan tanta suciedad como en las de madera por lo que son mucho más fáciles de mantener y limpiar.

Versatilidad en los diseños: gracias a los avances tecnológicos y a las características de los materiales, la carpintería metálica se adapta a cualquier tipo de obra, usos y necesidades. Son fácilmente moldeables y ofrece una gran variedad de colores y acabados (lacados, imitación de madera, combinación de materiales, etc.) lo que permite llevar a cabo todo tipo de diseños con un resultado funcional y estético excelente.

No inflamable: al ser un material no inflamable incrementa la protección y seguridad de tu casa o negocio frente a posibles incendios.

Más económicas: los materiales de la carpintería metálica suelen ser más baratos en comparación a otros como la madera o el PVC. Presentan una larga vida útil y requieren menos mantenimiento por lo que supone un mayor ahorro económico. En el caso de las ventanas y puertas el precio puede verse aumentado o disminuido según el aislamiento térmico y acústico que presente.

Desventajas de la carpintería metálica

Menor aislamiento térmico y acústico

El aluminio es una material que presenta una transmitancia térmica alta lo que supone, en el caso de puertas y ventanas, una pérdida de temperatura causando un mayor gasto de energía y dinero para enfriar o calentar nuestras estancias. Además en fuertes contrastes de temperatura entre el interior y exterior de la vivienda o local se pueden producir condensaciones no deseables.

A pesar de todo esta desventaja se puede solucionar con la instalación de una Rotura de puente térmico (RPT) mediante un material aislante entre las caras de los perfiles del cerramiento, pero esto también implica un coste mayor.




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